jueves, 19 de febrero de 2015

Reformando...

Aiii! Como me gustan los cambios!

Vivo en casa de mi abuela, una casa típica de planta inglesa, con un pequeño jardín y un cobertizo. Dentro de éste hay una pequeña salita dónde mi bisabuela cosía. Ahora ya hacía tiempo que estaba dejada, llena de trastos.



Tener un espacio tan desaprovechado es triste, pero no tener un lugar donde poder dar forma a mis ideas lo es más… Así que decidí reformarlo!


El problema principal es que la sala tiene más de 80 años y como nunca se han hecho reformas pues está como está. Con el suelo sabía que no podía hacer nada. En el patio tenemos un árbol que se ha hecho un monstruo, pero es bonito y no lo querría cortar por nada del mundo! Así que las baldosas boturudas, boturudas quedaran!



Lo primero que tuve que hacer fue quitar todos los trastos i dejarlos en la otra zona del cobertizo (otro problema que ya arreglaré… haha). Luego tuve que rascar toooodo el techo y tooooda la pared. Caía a trozos!


Una vez rascado todo, empapelar el suelo y disponerme a pintar. Primero pinté la pared con un fijador para luego poner la capa de pintura final. Aun haber puesto el fijador, la pared y el techo seguían desprendiéndose, así que hice lo que pude. No quiero un espacio totalmente reformado (no quiero invertir ni un euro en la reforma!), sino un espacio confortable y agradable que me permita trabajar.



Decidí pintar las paredes blancas porque quería poner plantas y restaurar unos muebles pintándolos de azul turquesa, a lo vintage, de manera que todo destacara. Además el blanco da una sensación de luminosidad y espacio, justamente lo que quiero.

Las ventanas decidí pintarlas azules, del mismo color que los muebles, porque esta tonalidad me encanta!



Y bien, ahora solo me falta terminar los muebles, ponerlos a su sitio, arreglar las puertas (no se pueden mover por culpa de las raíces del árbol...) y blablablá. Pero esto ya forma parte de otra entrada!






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